El proyecto del cambio.
Trabajar por proyectos supone algunos cambios importantes, incluso drásticos. En este caso, al iniciar el curso en mi nueva aula, enseguida me di cuenta de que .... para trabajar por proyectos (tres proyectos durante el curso), el asunto iba a ser difícil. Un aula llena de mesas, sillas, muebles, estanterías.... Y sobre todo, la negativa (bueno, más que negativa, malas caras) de mi equipo directivo, que me dice... ¿Qué vamos a hacer con los muebles que quieres quitar? ¿Dónde los vamos a poner...? ¿Y cuando el año que viene otra persona ocupe tu aula...? En fin. Todo fueron ventajas. La verdad es que estos cambios no son fáciles. Pero no voy a anticipar. Empecemos por el principio.
Empezamos con los más cercanos:
Al ser un centro de línea 3, el Equipo de nivel es el primer elemento de coordinación. Las aulas son similares, y la valoración de los espacios a cambiar es, por tanto, la misma. Eso si, no todas tienen el mismo número de muebles/armarios. En cualquier caso, las tres tutoras solicitaremos la creación de un espacio único de almacenaje, y la posibilidad de tener el material de trabajo en carritos móviles en lugar de estanterías que interfieren en el logro de un espacio amplio.
Mis alumnos han decidido que lo de vivir en la prehistoria mola. Así que, cuando le planteo la posibilidad de vivir en una caverna, la respuesta es unánime, claro. Ojo, les digo, hay mucho trabajo que hacer. Y a lo mejor no todos podemos hacer de todo. Y ellos, acostumbrados a organizarse en equipos de trabajo, aceptan enseguida la posibilidad de que a lo mejor no les toca pintar bisontes en la cueva, sino hacer vasos de cerámica o simular hogueras.
El conserje y el personal de limpieza está advertido. Habrá muebles que mover, y, probablemente, mucho que recoger. Sin embargo, facilitarán la tarea aportando papel contínuo usado o trapos grandes para proteger el suelo.
El Equipo Directivo. A pesar del coste económico que supondrá, valoran positivamente la remodelación de las tres aulas. El presupuesto es elevado, pero es una forma de mantener la metodología de proyectos para cursos posteriores.
Elementos facilitadores:
Tenemos el espacio, solo hay que cambiar su utilidad.
Tenemos el material necesario para el proyecto. Aquí es necesario reconocer la aportación de los padres, que nos han traído muchos libros y álbumes ilustrados.
Hay una altísima motivación tanto del equipo de nivel como de los alumnos.
Elementos que dificultan el proyecto:
El coste económico: incluso en el caso de utilizar las opciones más baratas (es decir, hacer una gran estantería de metal sujeta a la pared, en lugar de un armario tipo pladur)
El traslado de los muebles que interfieren en el espacio. Aún no encontramos una solución para almacenar los armarios y muebles que van a ser sustituidos.
A nivel organizativo, será necesario modificar algunos de los horarios de los especialistas que acuden a dar clase a los niños. A pesar de que podríamos extender el proyecto a estas áreas (inglés en concreto), no todos los profesores están interesados.
El plan de transformación es claro: queremos espacios diáfanos que sean transformables fácilmente según el proyecto elegido. En este caso, la Prehistoria (pero luego habrá más). Clases llenas de muebles no son adecuadas para el trabajo pro proyectos. Se hace necesaria una reestructuración: cambiar muebles por muebles de obra. Necesitamos tener la mayor parte de superficie posible para reflejar nuestro proyecto de trabajo. En el caso de la Prehistoria, por ejemplo, los muros despejados para convertir el aula en una cueva.
Y por supuesto, el diseño de la cueva será cosa de todos. Los alumnos decidirán cuáles son las tareas a realizar, se organizarán por equipos, las llevarán a cabo y, finalmente, realizaremos diferentes producciones (en diferentes formatos) sobre el resultado de nuestro proyecto.
La clase de la que partimos
La clase a la que queremos llegar
