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En mi modesta opinión y sin ánimo de ofender......

Me gustaría comenzar mi intervención haciendo un esbozo de mi entorno laboral, puesto que determina, en gran medida, mi opinión respecto a estos temas de debate. Trabajo en un colegio público bilingüe, en la zona Norte de Madrid, en un barrio de clase media/baja. Es un línea dos, y la edad media del claustro ronda los 45 años (y subiend)o. Es un colegio muy deseado en los concursos de traslados, y casi todos somos definitivos. Mis anteriores destinos han sido muy similares a éste.

Preguntando a mis compañeros por los" problemas que nuestro sistema educativo tiene, para dar respuesta a las demandas de la sociedad", las respuestas obtenidas han ido en esta línea: muchos alumnos por aula; muchas pruebas externas que quitan tiempo y estresan; no tengo tiempo para preparar clases; mis alumnos no hacen los deberes, no estudian, las familias nos echan la culpa de todo, el Equipo Directivo sólo se preocupa de la imagen externa y de lo que dice el inspector, los políticos siempre están cambiando y así no hay manera, es que no tenemos tiempo para formarnos, ...... Ante todo, quiero decir que yo comparto casi todas estas opiniones (algunas más que otras, y alguna otra, no la comparto en absoluto). Soy consciente de que, de un tiempo a esta parte, a los docentes nos ha caído de todo. Pero, a pesar de todo, mi respuesta no va por ahí.

Las quejas expresados anteriormente por la mayoría de mis compañeros, ponen de manifiesto el primero de los problemas que yo, personalmente, considero el más difícil de resolver: la concepción que, de la educación, tenemos la mayoría de los docentes (y digo la mayoría, porque hay mucha gente, espero que cada vez más, que tiene un concepto más innovador). No hemos cambiado nuestro concepto. Seguimos formando parte del sistema educativo propio de la Revolución Industrial y del colonialismo (eficaz como ninguno en su momento, tal y como dice Sir Ken Robinson), y, lo que es peor, muchos docentes seguimos trabajando bajo ese concepto de lo que debe ser la educación. Y cuando el modelo no nos funciona, porque, desde luego, ya no vivimos en aquélla época, entonces buscamos las causas en el exterior, y deseamos una solución enlatada, que perpetúe dicha concepción.

El segundo problema, y muy relacionado con éste, se refiere a la actitud hacia la innovación y la mejora profesional. Hace un par de meses leyendo el Marco común de competencia digital docente me deja sorprendida el siguiente párrafo:

“Según el informe TALIS (2009) y la “Encuesta europea a centros escolares sobre TIC en educación” (2013), España se encuentra en la primera posición europea en formación TIC en los últimos años en cuanto a mayor número dehoras por docente de este tipo de formación; sin embargo, enlas propias encuestas, los docentes consideran baja su capacitación para unaplena integración de los medios tecnológicos. Paradoja que sugiere la necesidad de replantear la eficacia de una formación TIC poco orientada en general a la inmersión digital del docente y la apropiación didáctica de los nuevos medios.”

Por tanto, estamos invirtiendo una gran cantidad de dinero en una formación que no está obteniendo los resultados deseados. Y me refiero en concreto a la formación en TIC, porque creo que la sociedad actual, y por supuesto, la futura, no puede entenderse sin el ejercicio de la competencia digital por el profesorado. Pero, por propia experiencia, pasaría algo similar en otros ámbitos de formación del profesorado: en mi centro se han hecho ya tres seminarios sobre metodologías activas (ABP y cooperativo, para ser exactos), y somos pocos (2 ) las que las implementamos. Hacemos formación, si. Pero no se nota en el aula.

Por último, y consecuencia de los anteriores, surge el tercer problema: tenemos cada vez más indicios y evidencias de que el concepto de educación debe cambiar; tenemos una gran oferta formativa cómoda de realizar (ojo, no sólo cursos online que se quedan sin plazas; la realización de seminarios y grupos de trabajo en los propios centros es una fantástica y muy cómoda opción formativa). ¿Qué es lo que nos pasa?. Sin ánimo de ofender a nadie, (porque las cosas no son ni fáciles ni simples y todos tenemos circunstancias familiares y profesionales con las que lidiar), creo que hay un problema de actitud del profesorado, derivado, en muchos casos, de la inseguridad hacia lo que no conocemos, hacia lo que no dominamos, porque seguimos creyendo que como “maestros”, debemos tener y demostrar un dominio completo de todos los aspectos que intervienen en el proceso de aprendizaje.

ALFABETIZACIÓN DIGITAL

  • - “Hace 20 años no existía la web, hace 10 años no existían las redes sociales, hace cinco no existían los smartphones y hace tres no había tablets”...Pero la sociedad los ha adoptado a un ritmo tan vertiginoso que parece que lleven con nosotros toda una vida. A este ritmo, y tomando como referencia la competencia digital media del colectivo docente, ¿Cómo afrontaremos el hecho de la sociedad digital de aquí a cinco o diez años?

  • Por otro lado, y casi por pura curiosidad personal, ¿Tenemos los docentes realmente una visión “apocalíptica” de las características de la era digital?, o ¿Sólo tememos los cambios metodológicos a los que nos obligará?, ¿O ambas cosas?

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